viernes, 14 de marzo de 2014

LA IMPORTANCIA DE UN INTESTINO SALUDABLE

Normalmente nos quejamos de nuestro estómago, de si hemos tenido una digestión pesada, de si nos duele o de si notamos como nos sube una sensación ácida, que quema, hacia la boca. Son síntomas que identificamos fácilmente con que algo no va bien en el estómago. Sin embargo, en ocasiones los síntomas que pueden dar una alteración de la membrana intestinal son tan dispares (desde flatulencias o migrañas a un eczema cutáneo) que si no se piensa en ello, puede pasar desapercibido.

El intestino delgado está recubierto internamente por una mucosa especial, con microvellosidades que nos hacen de filtro de sustancias tóxicas y de moléculas perjudiciales, con lo cual tenemos una primera gran barrera que nos protege. En él se realiza la mayor parte de la digestión después de recibir los alimentos del estómago. Una vez procesados, los alimentos pasan a sangre y de ahí a las células.
Cuando la barrera intestinal está alterada, la permeabilidad aumenta, pasando a sangre elementos no deseados. A esto se le llama “Síndrome del intestino agujereado” o “Leaky gut syndrome”.
Éste es el origen de las intolerancias alimentarias. Moléculas grandes de ellos, al pasar a sangre, se comportan como cuerpos extraños o antígenos que provocan la formación de anticuerpos que reaccionan contra el alimento cada vez que se ingiere y vuelve a “colarse” por estos “agujeros”de la pared intestinal. A su vez, un intestino inflamado y más permeable es más fácilmente invadido por parásitos (Giardia Lamblia), hongos (cándida albicans) o bacterias ( E. Coli).
Lo curioso de los síntomas que va a provocar este proceso es que pueden ser tan variados y a distancia del intestino que muchas veces es difícil atribuirlos a él. Estos síntomas pueden ser migrañas, retención de líquidos, eczemas cutáneos, artritis o fatiga crónica. También se ha asociado a diversas enfermedades autoinmunes, a la enfermedad celíaca y a la enfermedad de Crohn.
Hay diversas causas que pueden provocar irritación, inflamación, pérdida de vellosidades y el consecuente aumento de permeabilidad:
  • Infecciones intestinales.
  • Antiinflamatorios esteroideos y no esteroideos.
  • Quimioterapia y Radioterapia.
  • Antibioterapia prolongada.
  • Abuso de alcohol, café, tabaco, cacao.
  • Estreñimiento crónico.
  • Enfermedades del propio intestino: Crohn, Colitis ulcerosa.
  • Enfermedades extraintestinales: cirrosis hepática, pancreatitis, ictericia obstructiva, hipoclorhidria, disminución de enzimas pancreáticas.
  • Malos hábitos alimenticios con ingesta excesiva de fritos y grasas saturadas que hacen aumentar la secreción biliar.
En muchos casos no se detecta ninguna causa orgánica pero sí emocional, como por ejemplo el estrés crónico.
TRATAMIENTO
Lo ideal es la prevención de las causas antes citadas, especialmente con buenos hábitos alimentarios,aumentando el consumo de frutas y verduras para el aporte de fibra .
  • Lo primero que debe hacerse es eliminar la posible causa. En el caso de la intolerancia alimentaria, pueden hacerse test específicos para detectar qué alimentos son los causantes de la intolerancia para eliminarlos en un inicio y más adelante intentar una reincorporación paulatina.
  • Repoblar la flora bacteriana ( probióticos) y ayudados de prebióticos.
  • Reparar la membrana intestinal con vitaminas, antioxidantes, omega 3 y L- glutamina entre otros.
Ante unos síntomas como los mencionados es muy importante pedir consejo médico para protocolizar el tratamiento individualizado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario